El kung fu estilo guerrero emula ciertos animales (9 en total) en cuanto a sus artes / destrezas
de combate, tanto de boxeo como de lucha, así como también se desprenden de ellos otros principios filosóficos:
El Dragón (龙): representa la sabiduría, la nobleza, la superioridad espiritual
y física.
El Mono (猴): representa la agilidad, la astucia, y la disposición para adaptarnos a todas las circunstancias
que se nos presentan.
La Grulla (鹤): representa la agilidad de movimientos, la gracia, la elegancia
en el andar, la fidelidad, y la lealtad.
El Caballo (骠): representa la nobleza, el amor incondicional, la velocidad, y
la protección de la familia.
El Oso (熊): representa la fuerza, la determinación, el juego limpio.
El Tigre (虎): representa la fortaleza, la inteligencia, la sagacidad, y la velocidad.
El Águila (雕): representa la precisión, la percepción, la astucia, y la perseverancia.
La Serpiente (蛇): representa la agilidad, la maniobrabilidad, el sigilo, y la fluidez.
El Leopardo (豹): representa la fiereza, la determinación, la inteligencia, la
astucia, y la exactitud de propósitos.
El nombre de la escuela de kung fu estilo guerrero donde aprendo y enseño a mis hijos es
“Dragón de Fuego” (火龙), le di ese nombre porque para mí el Dragón Chino representa los
más altos y valiosos dones de la humanidad, entre los que se destacan: el valor, la fortaleza de carácter / espíritu, la humildad,
la inteligencia, la bondad, la piedad, la lealtad, la sinceridad, el amor a la familia y a nuestros ancestros / mayores, etc.
En ella he estado entrenando a mi hija Joymil Patricia (nacida el 26-01-1996) y a mi hijo José Augusto (nacido el 17-03-1999)
desde que tenían tres (3) años de edad. El plan ha sido y seguirá siendo el mismo sin variar: honrar a mi maestro y enseñar
/ aprender nuestro estilo guerrero y trasmitirlo a la siguiente generación de hijos y nietos para preservar nuestra herencia
familiar y tesoro incalculable. No obstante, unos pocos alumnos también se han beneficiado de la práctica de este arte marcial
a lo largo de todos estos años, en las ciudades donde he vivido, como por ejemplo: Barcelona, Maturín, Carúpano, y Caracas.
En todas ellas he dejado discípulos queridos a quienes les he mostrado nuestro estilo de kung fu tal y como yo mismo lo aprendí
de mi maestro, sin cobrarles ni un solo centavo.